Quería compartir con vosotros un artículo interesante que leí este domingo sobre como mejorar nuestras relaciones sociales y laborales observando a la naturaleza y aprendiendo de los comportamientos y habilidades de algunos animales.

Ellos protagonizan campañas publicitarias, películas, dibujos animados; los usamos como logo de coches, marcas de ropa. Los animales nos inspiran por sus cualidades físicas. Pero ¿y si también pudieran darnos lecciones acerca de cómo mejorar nuestras habilidades sociales en el tra

bajo?

La  naturaleza es el paradigma de la eficiencia. No hace nada en vano, ni desperdicia recursos tras millones de años de experiencia. Es por ello que el hombre en la antigüedad contemplaba la naturaleza para hallar soluciones a sus problemas y trataba de emularla. Es más, desde hace un par de décadas existe la biomimética, que estudia los modelos naturales y copia sus procesos para resolver problemas en ámbitos como la medicina, arquitectura o ingeniería.

Pero los hábitos y conductas de los animales pueden ser de los más reveladores y enseñarnos a gestionar mejor nuestras relaciones sociales y laborales. “Podemos aprender muchísimo de los animales”, dice el biólogo  y experto en gestión empresarial Enrique Mora.

Trabajar en equipo puede ser un drama y una fuente de conflictos a no ser que se imite a los lobos, que viven en manadas, cooperan y ejemplifican el trabajo en equipo. Por no hablar de jefes…los gorilas son un modelo a seguir de liderazgo.

Trabajo en equipo. Para que salga bien se necesita una serie de ingredientes. Para empezar, que todos los miembros del equipo confíen en que el resto de compañeros va hacer un buen trabajo y que están implicados en el proyecto. En segundo lugar, tiene que estar claro el objetivo que se persigue, qué se espera de cada persona del equipo y cómo se va a coordinar ese trabajo.

En la naturaleza hay muchos animales que son solitarios, como los gatos, y rara vez van en grupo. Otros, en cambio, son muy sociales, como los lobos, los elefantes, los primates o los insectos. De hecho, las hormigas son uno de los mejores ejemplos de trabajo en equipo. Cada una de ellas se mueve teniendo en cuenta a su compañera de al lado; saben cúal es su misión. Y lo importante es el trabajo colectivo, no el de cada una, cuya filosofía aplicamos constantemente en Rebuzzna, ya lo sabéis.

Los lobos son otro ejemplo de trabajo cooperativo. De hecho, en contra de los tópicos que rodean a estos animales, destacan por su solidaridad. Tienen un profundo sentimiento de pertenencia a la manada.

También en una empresa, es esencial para que el equipo funcione, que sus miembros sepan realizar una labor juntos, de manera interdependiente, y que se sientan satisfechos de pertenecer a ese grupo. 

Cómo ser un líder. Lo más difícil a la hora de gestionar grupos de personas son las emociones. Antes se creía que para ser un buen jefe bastaba con saber mucho del negocio. No obstante, ahora sabemos, gracias al avance de las técnicas de neuroimagen cerebral, que las emociones desempeñan un papel fundamental; influyen en todas nuestras actividades. Por lo que además de formarnos también debemos trabajar nuestras habilidades sociales.

“Uno de los objetivos del jefe debe ser el de tener trabajadores satisfechos y felices -indica De Mora. Para ello, debe apoyar a los trabajadores, enseñarles a cómo llegar a los objetivos perseguidos y a mantener con ellos una comunicación constante, gestionando su proceso de aprendizaje”.

Los gorilas son otro buen ejemplo de liderazgo. Es el que guía, protege, enseña, desarrolla y cuida la supervivencia del grupo por encima del individuo.

La comunicación.  Otro consejo que extrae Enrique de Mora es el de las abejas melíferas. Estos insectos ejecutan una danza mediante la cual explican con suma precisión dónde hay alimentos, a qué distancia están y en qué dirección.”En las empresas deberíamos aprender de ellas y en los asuntos importantes practicar una comunicación clara, precisa con un mensaje enfocado y desprovisto de efectismos”, considera De Mora.

Debemos estar dispuestos a que los compañeros, el jefe, el resto del equipo valoren  nuestro trabajo y nuestra gestión para que podamos mejorar. Es una forma de incrementar incluso el compromiso y la motivación de los demás. Eso sí, deben ser comentarios constructivos, sino es mejor no hacerlos…

Evitar los conflictos no es siempre la mejor solución.

Es típico que queremos evitar los malentendidos entre compañeros, un amigo, la pareja o el jefe. Pues bien, para los animales los conflictos forman parte de la vida y, por lo tanto, se lo toman como algo normal. Surgen cuando los intereses de dos partes no coinciden.  Usemos de los animales sus métodos de reconciliación para poner en práctica en la oficina. Ellos resuelven el conflicto al instante, no se enquistan en ellos, y los arrastran durante tiempo, como hacemos los humanos.

No se trata de evitar los conflictos sino impedir que sean destructivos. Una confrontación puede tener partes positivas y bien resuelta, puede mejorar la unión y el funcionamiento del equipo, al obligar a las partes a encontrar medios adecuados para resolver el problema.

Sentí que este artículo llegaba a mis manos en un momento clave ya que llevo sólo una semana en el team Rebuzzna y la verdad es que me siento feliz  de encontrar un equipo muy «humano» que lleva por logo a Pepper, una burrita muy simpática, cariñosa, sociable y que contagia las ganas de trabajar para comunicar aquello  mejor de nosotros mismos  creando una gran red de colaboración para que gente -como la que escribe- quiera aprender de las redes sociales, ya que son  herramientas  que nos aportan innumerables beneficios.

Muchas gracias a todo el equipo, por enseñarme con paciencia todos sus conocimientos pero lo más importante es que el equipo Rebuzzna disfruta con lo que hace y eso se contagia.

(Escrito por Carolina Landa, del equipo de Rebuzzna)

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