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Hace unos días tuve el honor de poder acudir a una noche muy especial.

No sabía a que iba, era un secreto, era un misterio que me provocaba una mezcla agridulce de curiosidad, de agradecimiento  (pues sabia de buena tinta que se trataba de algo muy muy especial) , de incomodidad por no tener la situación controlada, por no saber a que me expondría ni que sentiría al realizarse a ciegas y de ilusión por recibir lo que intuía un maravilloso regalo.

Hoy puedo confirmar que fue posiblemente una de las mejores noches de mi vida.

Describirla no es nada fácil porque… Como se describen las emociones? Como se cuentan tantos sentimientos agrupados en unas horas, condensados en un espacio de tiempo tan reducido e intenso, que cual perfume mas valioso que se muestra en frasco pequeño, o al menos, el tiempo transcurrido de mas de dos horas, se hizo pequeño, diminuto, pues me habría quedado allí muchas mas… muchas… al fin y al cabo, quien desea despertar del mas precioso sueño?

Y es que todo aquella noche fue especial: fue especial la magia del evento; la compañía que cenó conmigo aun sin oírles, ni verles, ni apenas tocarles, ni reconocerles, pero si sentirlos; los duendes que atendían mis sueños; los sonidos que se dibujaban en mis oídos y daban forma a las quimeras; los aromas que desfilaban intensos en mis recuerdos; el tacto que ponía la piel de pollo hasta el límite de arrancar lágrimas de felicidad; los sabores cotidianos antes nunca percibidos de un manjar y unos caldos mucho mas especiales ese día; el relax mas absoluto en un viaje interno y muy muy privado; el amor que acariciaba el rostro y las entrañas;  el silencio que se rompía con las fantasías mas preciosas; la caricia de una mano amiga que se tornaba incluso sensual; y volé, volé de verdad, volé como un ave vuela en el cielo y no me importó nada; y bailé , bailé con el corazón, con la ilusión de sentirme inmensamente feliz; y el roce de una mano en mi pelo; y la caricia de una pluma en mis labios; y se escuchaban palabras mudas, sonrisas silenciosas, sonidos mágicos e incluso el aleteo de alguna mariposa… o era un hada?

Pues no os contaré nada, porque nada puedo contar, porque es tal la intensidad de lo vivido y acontecido aquella noche, que no podría hacerme entender, por eso, solo os diré que ahora, hoy, soy un poco mas feliz.

La cena de los sentidos es puro embrujo…quizá lo soñé, quizá ….

@JaviSentidos, Blind dinner, casitodoslosentidos, Casitodoslossentidos, Cena a ciegas, Cena de los Sentidos, Duendes, Eventos, Javier Serrano, Marta Bonet

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